miércoles, 30 de noviembre de 2011

Navarra y sus fantasmas

Un fantasma recorre Navarra… Si Carlos Marx levantara la cabeza, me corría a boinazos (permítaseme el toque idiosincrásico, seguramente ajeno al prusiano) por plagiarle con tan poca propiedad. Porque en realidad ni es un único fantasma ni recorre Navarra. Son muchos fantasmas y bien instalados, física o idealmente, en nuestra Comunidad. Navarra se nos va llenando de fantasmas de toda laya.

En primer lugar hay fantasmas enteros, incólumes, que exhiben su vacua e inútil integridad como desafiante monumento al derroche. Veamos dos ejemplos señeros. Uno, la Residencia Félix Garrido, en la que se han gastado 4,5 millones de euros, inaugurada a finales de 2010 (qué casualidad) y hoy amueblada, preparada para acoger pacientes que no llegan. Se aducen razones de procedimiento administrativo pero seguro que, ingenuamente, a mucha gente le dará por pensar en elecciones, campaña electoral y recortes. Porque si el centro era necesario, ¿a qué viene el lujo de tenerlo vacío? Y si no lo era (hipótesis que no comparto), ¿a qué viene semejante despilfarro? Otro ejemplo es el centro de menores de Ilundain. No hace mucho el fiscal superior de Navarra advirtió de la urgencia social de abrirlo y, sin embargo,está inaugurado desde el 2 de febrero, después de gastarse 6 millones de euros. Al parecer, carecía de licencia de apertura y su gestión se pretendía adjudicar a dedo. Ahora está atrapado en una maraña de regulaciones, informes y discusiones técnicas y administrativas que debieran haberse resuelto hace mucho. Una instalación fantasma que quizá (es una propuesta para alimentar las arcas públicas) podría utilizarse para rodar películas de terror, al estilo de la muy recomendable Grave Encounters.

Tenemos una segunda categoría de fantasmas menos afortunados (para bien o para mal), condenados a permanecer en estado de esqueleto no se sabe por cuánto tiempo. El caso obvio es el del Reyno Arena, tan necesario como urgente cuando se acometió y paralizado hasta más ver (sine die, o sain dai, que diría un eximio prócer foral). El problema de este fantasma no es su finalización per se (es una obra tan excesiva como innecesaria), sino lo ya gastado. Ahí está también el edificio de los juzgados de Tudela, cuya finalización se pospone al próximo año y que, entretanto y a expensas de que se cumpla el nuevo plazo, exhibe sus desoladas descarnaduras en el paisaje del invierno tudelano.

Pero también hay fantasmas de carne y hueso, que el Diccionario define como "persona envanecida y presuntuosa", acepción mucho más benévola que la que el habla popular adjudica a dicho término. Son fantasmas que producen o generan fantasmadas, algunas de ellas nada inocentes y muy costosas económica o socialmente. Entre estas (no hace falta identificar los fantasmas: por sus obras los conoceréis), se pueden destacar tres: una, el Complejo Médico Tecnológico, presentado con todo boato y que ha generado un gasto de más de 180.000 euros sin pasar del papel, para terminar arrumbado en el cajón de los despropósitos sin más explicaciones. Otra, la fallida oferta pública de empleo, enmendada estando ya convocada y con cientos de personas afectadas en sus expectativas y en su peculio. Trae su causa inmediata de la chapuza y el desbarajuste en que se ha desenvuelto la gestión económica y presupuestaria de Navarra este año. Una tercera, los sueldos gubernamentales. Fracasado el intento de financiar sobresueldos con órganos clandestinos, se recurre al presupuesto y se fijan subidas que son pretendidas bajadas. Se llega a decir que toca trabajar más por menos. La presidenta se sube el sueldo un 33% (una redacción farragosa pretende, para colmo, colar que el complemento de marras es del 25%), pero se vende sin rubor una reducción del 43%. Toda una ofensa al sentido común, intentando convencer a la opinión pública de que arriba es abajo y abajo es arriba.

Para completar la lista, el fantasma "espada de Damocles" (de Demóstenes, que diría un eximio prócer foral). Es un fantasma, en tanto que inexistente o falso (séptima acepción del DRAE), pero contiene la amenaza de hacerse real. Habrá más ejemplos, pero el más conspicuo es, sin duda, el Centro Temático del Encierro y los Sanfermines, un mutante que ha ido variando su naturaleza y al que Barcina considerara en su discurso de investidura nada menos que "el buque insignia del turismo" en Navarra. Tras varios cientos de miles de euros gastados en proyectos y planes de viabilidad, hoy es una idea aparentemente abandonada pero, me temo, aguardando el momento de demostrar su costosa inanidad tras la hojalata de un vallado de obra.

Navarra, tierra de fantasmas... Y de fantasmones.

2 comentarios:

  1. ¿Y del TAV no hablas? ¿Acabará en un campo de trigo? ¿Por qué no enlada primero con la CAV en vez de hacer experimentos hacia el sur de la península? ¿Que va a llevar a Europa, el paro de Valencia?

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  2. Hay muchos fantasmas. También el Moderna. Pero cada cosa a su tiempo. Y, si se me permite, reivindico mi autonomía para decidir de qué temas hablar.

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