sábado, 22 de octubre de 2011

Creatividad presupuestaria

El Gobierno de Navarra concretó el pasado 28 de septiembre la anunciada oleada de recortes. Conviene empezar con algunas precisiones. En primer lugar, hay quien todavía habla de ajustes en lugar de recortes (no Miranda, él tiene claro que son recortes y que las dietas de CAN son parte del sueldo). Ya sabemos que la política está plagada de eufemismos. Incluso, en un afán justificativo, desde los aledaños del Gobierno se banaliza —recurriendo a etimologías pueriles o interpretaciones ingenuas del término (que si es un supuesto previo, que si es una autorización de gasto)— el mismo significado del presupuesto, como si modificarlo una y otra vez a lo largo del año fuera algo sin importancia. Pues bien, el presupuesto no sólo es uno de los principales, si no el principal, instrumento de política económica (en cualquier caso compendia prácticamente todos los demás en su materialización económica), sino que nos da una idea cabal de las prioridades, preferencias y, por tanto, enfoque ideológico de la cosa pública, de quien lo elabora. Y, además, proporciona información, por lo que su continua modificación no sólo da sensación (en este caso ajustada a la realidad, todo hay que decirlo) de desbarajuste, sino que dificulta, ensombrece o empaña la visión de la situación real de las finanzas públicas. Algunos próceres de UPN se lamentan de que se les critique y llaman irresponsables a quienes lo hacen, alegando un supuesto deterioro de la imagen de Navarra para los inversores. Bonita forma de achacar a terceros la responsabilidad de su propia incapacidad. Lo que realmente genera mala imagen es ese tráfago de enmiendas, tachaduras y anotaciones al margen, que le da más apariencia de cuaderno escolar (de escolar que no hace los deberes) que de documento contable.

¿Optimización de recursos o destrucción de capital social? El caso de los ECI

(Es coautor de este texto Aitor Lakasta Zubero, concejal de Nafarroa Bai en el Ayuntamiento de Pamplona. Fue publicado en Diario de Noticias el 13 de octubre de 2011)


Ya se va desgranando el rosario de recortes (hay quien dice ajustes) de ese papel mojado a fuerza de enmiendas y tachaduras que es el presupuesto de Navarra. Se dice, y el PSN pone como garantía de ello su presencia en el Gobierno, que no hay recortes sociales, aunque empezaron antes incluso de que se anunciara el gran recorte (en junio los de educación; otros aún madrugaron más, dándose la callada por respuesta o no ejecutándose partidas). Pero los recortes no sólo son los que se derivan directamente de partidas de gasto del gobierno de Navarra. También están las menores transferencias a entidades públicas y privadas o a los ayuntamientos, que alguna repercusión han de tener en el gasto social. El Ayuntamiento de Pamplona da ejemplo denunciando los convenios que mantenía con los Equipos Comunitarios de Infancia (ECI).