martes, 13 de marzo de 2012
Objetivo de déficit: ¿y si UPSN lo cumple por una vez?
Dice el Consejero Miranda que Navarra es la Comunidad que mayor esfuerzo ha hecho por llegar al objetivo de déficit que, recordemos, era del 1,3% para 2011. Y si lo medimos en términos del porcentaje en que se ha reducido respecto del déficit de 2010, así es. Pero ello no oculta el hecho de que ha habido una desviación del 46% (1,9 sobre 1,3).
Vaya por delante una aclaración. Ni sacralizo el objetivo de déficit ni creo que Navarra deba tener el mismo trato en este aspecto que las Comunidades de régimen común. Su consideración debería ser más cercana a la del Estado, habida cuenta de las competencias que ejerce y de su capacidad fiscal. Por el contrario, tanto el Consejero Miranda como el Gobierno de Navarra en conjunto asumen y defienden con ardor dicho trato. Quizá no es más que una artimaña para evitar asumir su responsabilidad y ofrecer a la ciudadanía la verdadera cara de su política económico-fiscal. Es muy fácil abrazar un objetivo restrictivo y venderlo como una imposición desde fuera, un compromiso ineludible. Imaginemos, por ejemplo, que en defensa de la capacidad de decisión de Navarra, se logra un objetivo del 2%. Si, así las cosas, el Gobierno considera que el déficit debe ser del 1,5%, o del 1%, o nulo, debería tener la valentía política de explicitarlo en lugar de ampararse en imposiciones externas que, de rebote, menoscaban la autonomía fiscal de Navarra. Pero es más fácil echar la culpa al matón del colegio en lugar de asumir las propias responsabilidades.
Pero cuando hemos estado oyendo durante meses la extraordinaria importancia de alcanzar el objetivo del 1,3% a cualquier precio y cuando se han lanzado improperios a quienes opinaban otra cosa, tiene guasa que el campeón del objetivo de déficit se haya desviado (para mal, de acuerdo con su visión de las cosas) en un 46%, con un desfase que, en términos monetarios es de, al menos, 121 millones de euros.
Lo que me preocupa es que si con una desviación del 46% se nos ha sometido a una purga a base de dolorosos recortes sociales, ¿qué nos espera si este año (y por una vez) el Gobierno cumple su objetivo del 1,5%? Ciertamente, las subidas de impuestos ya acordadas (y las que puedan venir en el inmediato futuro, porque habrá que ver qué pasa con el IVA) proporcionan un pequeño colchón (colchoncito dice el Vicepresidente Jiménez en su permanente afán matizador). Pero el escenario económico es desolador y si hay que hacer recortes, estos afectarán de lleno al núcleo de servicios básicos como la sanidad o la educación.
Con todo, se vuelve a oír de labios de Miranda un sonsonete muy similar al de hace un año, cuando decía con toda desenvoltura que Navarra había hecho los deberes. Ahora es más cauto, porque la experiencia le habrá enseñado algo, pero habría que recordarle que una cosa es hacer los deberes y otra hacerlos bien. Y el Gobierno de Navarra los ha hecho rematadamente mal estos años atrás.
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