lunes, 8 de noviembre de 2010

Nafarroa Bai, la izquierda y el nacionalismo

Nafarroa Bai está inmersa en un intenso, denso y a menudo tenso debate. Todo el mundo lo sabe, no se oculta e, incluso, algunos medios tienden a exagerarlo, ellos sabrán con qué fines. Es curioso lo que ocurre con los partidos y las organizaciones políticas en general. Cuando se debate (véase el caso de las primarias en el PSOE madrileño), desde dentro se apela a la higiene o buena salud democrática y desde fuera se critica, aludiéndose a la división y la escasa fiabilidad. Se llega a poner como ejemplo de buen funcionamiento el del PP, tan parecido al sistema del «dedazo» mexicano. Y siempre es lo mismo. ¿Quién es más fiable, quien debate internamente o quien en tiempos de crisis reorienta el presupuesto para seguir alimentando la cuenta de resultados de los de siempre, a costa de un inmenso derroche? ¿El que debate o el que promete cambio y asegura su disposición a adelantar por la izquierda, para quedarse en monaguillo del derrochador? ¿Quien debate o quien dice ser de izquierdas pero sanciona la operación de Banca Cívica?

Pero a lo que iba. La última entrega del culebrón NaBai es la decisión de Batzarre de salir de la coalición. Decisión inobjetable y que debe ser aceptada porque entra en el ámbito de soberanía de ese partido. Pero también lamentable por cuanto empobrece Nafarroa Bai al perder un capital humano y político valioso. En Nafarroa Bai, se ha repetido hasta la saciedad, no sobra nadie y todo el mundo tiene algo que aportar. Y, por supuesto, que no guste esa decisión (o que guste, que de todo habrá), no debe ser excusa para que se pierdan las formas y se falte al inexcusable deber de cortesía con quien ha sido socio tantos años. No cabe sino desear lo mejor a las personas que componen Batzarre.

Pero también es necesario introducir alguna lógica en el análisis para evitar desenvolvernos entre falacias. Se ha reiterado que Batzarre aportaba el componente no nacionalista a Nafarroa Bai y que, con su marcha, la coalición pasa a ser estrictamente nacionalista. Igualmente se argumenta que Batzarre asegura el ingrediente izquierdista vital para la coalición. No niego, es imposible hacerlo, que Batzarre sea de izquierdas o que no sea nacionalista vasco. Pero deducir que al marcharse desaparecen esas características de Nafarroa Bai es un exceso lógico que no se sostiene ni formal ni conceptualmente. Que otros lo digan, es normal. Es la vieja estrategia de repetir cansinamente algo con la esperanza de que el público se lo crea. Que lo diga la derecha política y mediática es normal: tiene miedo y agita los fantasmas de siempre (sus fantasmas) para seguir parasitando los recursos públicos de Navarra en beneficio de los suyos. Que lo diga el PSN es normal: con el papelón que han representado esta legislatura y unas expectativas poco halagüeñas, ponen su esperanza en la distorsión y la división de quien hace tiempo les adelantó por la izquierda. Que lo diga Izquierda Unida es normal: con un PSN desacreditado trata desesperadamente de convencer de que son «la» izquierda; y, además, no nacionalista. Lo preocupante es que sea asumido sin mayores reparos por las bases sociales de Nafarroa Bai, porque no es cierto. Si fuera cierto cuanto se dice desde fuera de Nafarroa Bai, y que a veces se asume internamente, ¿habría llegado a ser la segunda fuerza política en Navarra en un contexto tan hostil? Creo que no.

Nafarroa Bai es una coalición plural, rica, transversal, como se dice ahora, con un alma de izquierda y sensibilidades diversas, pero todas ellas progresistas. Y no vale apelar a lo que hacen sus componentes en otros ámbitos, sino a lo que hace Nafarroa Bai. Y lo que hacen otros que pretenden encarnar «la» izquierda (que, por cierto, han gobernado en Vitoria sin que se les abrieran las carnes). ¿Es acaso de izquierdas bendecir una operación de deslocalización que deja la institución financiera navarra por excelencia en manos de un tiburón financiero? ¿Es de izquierdas apoyarse en una de las patas del régimen de UPSN o aprobar el estafermo del Plan Moderna?

Que hay componentes claramente de izquierdas en Nafarroa Bai es innegable. Porque ser de izquierdas no se termina con el ejercicio más o menos benevolente o bienintencionado de algún tipo de beneficencia laica. Va mucho más allá y tiene que ver con la igualdad, los derechos sociales, la equidad fiscal, la sostenibilidad ambiental… Que Batzarre abandone Nafarroa Bai no significa que desaparezcan estos elementos definitorios. Queda mucho rojerío dispuesto a seguir trabajando por sus ideales y por la transformación efectiva de la sociedad navarra, más necesaria que nunca en estos tiempos de tribulación económica y desasosiego social. Y obsérvese que digo transformación, que pasa por la construcción de consensos sociales, la aceptación de las diferencias y las cesiones. No hay otro camino. La alternativa es sentarse en un rinconcito confortable a rumiar dogmas o principios irrenunciables mientras la vida pasa gestionada por otros.

Lo mismo cabe decir del nacionalismo (vasco). Al parecer, sin Batzarre, Nafarroa Bai se queda en una mera coalición nacionalista (vasca). Si consideramos las tres acepciones que recoge el DRAE para el término nacionalismo, creo que cualquier persona puede ser considerada nacionalista. Además, están quienes se definen a sí mismos como nacionalistas. Y, por último, quienes son calificados así, a modo de sambenito ultrajante o descalificatorio. Por ejemplo, si una persona considera que preferiría un estado vasco (o navarro) independiente, es calificada inmediatamente de nacionalista. Pero si es partidaria de mantener el actual estado de cosas o, incluso, se manifiesta a favor de aplastar cualquier intento de secesión, no es considerada nacionalista (española). Curioso e irracional. Yo, por ejemplo, no me definiría como nacionalista, al menos en la acepción fuerte del término. Como muchas personas que mantienen algún compromiso más o menos explícito con Nafarroa Bai; o como, estoy seguro, muchos miles de sus votantes. En el abanico político navarro hay nacionalismos, de uno u otro signo, mucho más nocivos, porque son excluyentes e intolerantes. Nafarroa Bai es posiblemente la única formación política en la que cabe toda Navarra. La Navarra de UPN, el PP o el PSN, su discurso y su práctica política, se basan en la exclusión o la marginación de una parte sustancial de la sociedad que pretenden gobernar, practicando una suerte de canovismo foral con rasgos de apartheid. Y en esa estrategia vale todo.

Las condiciones no son las mejores, pero Nafarroa Bai debe empeñarse ahora en presentar su mensaje al conjunto de la sociedad navarra, en explicar detalladamente sus propuestas y en actuar hacia fuera con la misma transparencia con que ha desarrollado sus debates internos. Seguro que la sociedad sabrá responder.

8 comentarios:

  1. Excelente, Juan Carlos, este artículo (como tus habituales). Subrayaría, y dentro totalmente del contexto de tu escrito, dos frases: en primer lugar, «Que Batzarre abandone Nafarroa Bai no significa que desaparezcan estos elementos definitorios» (los de «la igualdad, los derechos sociales, la equidad fiscal, la sostenibilidad ambiental…»); y en segundo lugar, que «Nafarroa Bai es posiblemente la única formación política en la que cabe toda Navarra».

    Pero sí me preocupó, y me preocupa, el acuerdo que hicieron EA y Aralar sobre Nafarroa Bai, y no tanto por su contenido textual como por sus formas, y lo que las formas dan a entender sobre cómo interpretarán el contenido del acuerdo. Me explico: creo que es una apuesta, la de EA y Aralar, por un frente abertzale en Nafarroa, con la que (la apuesta) neutralizar la hasta ahora enemistad de la izquierda abertzale ortodoxa mientras no sea legalizada, y con el que (el frente) Nafarroa Bai se podría consolidar como permanente segunda fuerza política (esporádicamente incluso como primera). Es una apuesta estratégica fácilmente comprensible, pero que yo mismo, aunque sí me defino y me he definido siempre desde que empecé a participar activamente en política (estoy hablando de una época de dinosaurios) como nacionalista, no considero la más adecuada. Precisamente por lo que tú dices en la segunda frase que te he resaltado. Creo, como tú, que todavía sigue siendo «la única formación política en la que cabe toda Navarra», pero me temo que con esa apuesta frentista puede dejar de serlo, para convertirse en la fuerza política que aglutine a todas las demás (incluida IUN, que ya viene apuntando formas desde hace tiempo, y lo que quede de Batzarre tras este su enésimo penduleo) contra Nafarroa Bai (o el nombre que le sustituya si el frente llega a materializarse). Sería una pena, porque creo que la realidad socio-político-cultural de Nafarroa es más rica que para dos frentes: quiero decir, que hay sectores a los que les hizo tilín la iniciativa abierta y no nacionalista de Nafarroa Bai –no por ser (esos sectores) nacionalistas vascos sino por pura sensated ante el esperpéntico nacionalismo español de UPPSN–, pero que ante la nueva apuesta, si se materializa, acabe teniendo sus dudas y refugiándose, como lo han hecho tantos años, en su sala de estar.

    Creo que esa formación política en la que quepa toda Navarra sólo puede ser liderada por partidos políticos nacionalistas vascos sensatos, o sea, partidos que sean capaces de discernir quehaceres: los de los partidos y los de una coalición. Sensatos: sin renunciar a sus postulados, deberían ser capaces de atraer hacia la labor de transformación que tú mencionas al mayor número de gente razonablemete posible de esos sectores socio-político-culturales que, sin ser nacionalistas vascos, se resisten al tejemaneje, ése sí con clara proyección gubernamental frentista para el futuro, del UPPSN.

    En fin, que ojalá me equivoque sobre el significado del acuerdo EA-Aralar y en mi opinión sobre sus intenciones de futuro. De momento y a pesar de todos los temores que apunto, estoy totalmente de acuerdo con tu artículo y con su espíritu. Sigue aportando tus más que sensatas ideas.

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  2. Qué quieres que te diga, Bixente. Estoy completamente de acuerdo contigo. Mis preocupaciones también van por ahí. Espero equivocarme...

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  3. Me gustan vuestras reflexiones.

    Yo también espero que os equivoquéis. Creo sinceramente que no es así, aunque también hay elementos, que me hacen dudarlo. Opino que el acuerdo que hicieron EA y Aralar (contenido y formas), estuvo bastante condicionado por la peligrosa deriva que se estaba produciendo en EA y por la urgente necesidad que había de consolidar un núcleo de cara a la reedición de Na-Bai para 2011. También percibo algún intento por parte de Aralar de acallar algunas voces díscolas con respecto a NA-Bai que estaban surgiendo en su seno.

    Pienso que un "frente abertzale" seria un grave error, por lo que habéis expuesto y porque en la práctica, dicho frente sacaría bastantes menos votos que la suma de Na-Bai y la IA ortodoxa por separado.

    Cambiando de tema, quería preguntaros que opináis del surgimiento del 5º partido, bueno ahora el 4º, liderado por Koldo Martínez. ¿Se puede hablar de 4º partido dentro de Na-Bai, o todavía no? ¿Lo de UNAI va en serio?

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  4. No sabía, Iosu, que la idea de UNAI la vaya a liderar Koldo Martinez. Pero eso es lo mismo. A mí personalmente han sido otros los que se me han dirigido con esa iniciativa, y no me he apuntado. No creo que su intención sea la de un cuarto partido, ellos hablan de una "corriente de opinión" dentro de Nafarroa Bai, aunque con intención (supongo) de adquirir representación en la Comisión Permanente de la coalición, con voz y voto. No me extraña, dada la escasa predisposición de los partidos de la coalición para crear afiliación a Nafarroa Bai sin tener que ser de ningún partido y para dar de alguna manera participación a los no afiliados (a partidos). Supongo que es una manera de querer presionar para llegar ello. Pero a mí me parece que esa vía llevaría a que el hipotético UNAI funcionara en la práctica como un "cuarto partido" de la coalición, cosa que no creo que vaya a abrir puertas a una remodelación de sus órganos de decisión (asambleas con voto decisorio, partidos con porcentajes de decisión, creación de órganos intermedios con parecidos criterios...), remodelación que sí creo necesaria.

    En fin, es otro tema distinto al de las ideas del artículo de Juan Carlos, y que parece estar en un callejón sin salida dada la apuesta de Aralar y EA, a lo que se ve, de mantener a Nafarroa Bai como una simple coalición de partidos. Una pena.

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  5. Bueno Bixente, también hablan de la posibilidad de convertirla "en una agrupación electoral", se supone que con la intención de presentarse a las elecciones.

    Por otra parte hace ya varios años que Aralar presento una propuesta para el debate que era bastante realista. Una formula mixta Coalición de partidos + afiliación, que abría la puerta a la estructuración interna. Pero aquella formula, más participativa y equilibrada, que estaba abierta a la negociación con el resto de agentes de Na-Bai, fue rechazada de plano por el resto de partidos y por los dos no afiliados que estaban en la permanente, Uxue y Mendoza. Además, incomprensiblemente, tampoco presentaron otro modelo a debatir.

    Además, según sale hoy en el Noticias, parece que Aralar esta intentando acercar posturas. Y se compromete a "abrir un proceso de reflexión una vez superadas las elecciones" para "articular un sistema de participación de las personas independientes".

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  6. Una corrección: quería decir Permanente de NaBai.

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  7. Ese proceso debería de haberse dado después de las elecciones de 2007. ¿Es culpa de los partidos que no haya ocurrido? Rotundamente, sí. Porque tenían sus propios planes para NaBai y, como se ha visto, en el caso de que no se cumplieran, bien pueden pasar de hablar de lo estratégica que es la coalición a salir volando en otras direcciones. Sin embargo, también hay que recordar que había independientes con el mismo poder que un partido cualquiera en la Asamblea.

    Eran tres en un principio. Cuando una de dichas personas dimitió, las otras dos no hicieron nada para proponer a alguien que rellenara el hueco.

    Puede ser anecdótico, pero deja a las claras la falta de iniciativa en la organización de las personas no afiliadas.

    Lo malo es que seguimos en las mismas, con asambleas autoreferenciadas que creen ahora que deben tener derecho a elegir la cabeza de lista. En fin, realmente, tengo la corazonada de que, por muy irónico que pueda resultar, que precisamente la formación más zurrada por todas las demás partes de la coalición es la única que puede garantizar algún tipo de continuidad de la misma.

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  8. Mi impresión es que los propietarios de la marca UNAI la pusieron a disposición del grupo de no afiliados, creo que porque consideraban que así se podría cubrir ese hueco vasquista-no nacionalista, llámese como se quiera, que pretendidamente dejaba Batzarre. Ya expuse en esa reunión mi opinión de que eso suponía dar por bueno el discurso de IU y otros para restar crdibilidad a NaBai. Pero no creo que entrara en sus cálculos que esas siglas funcionen como un partido y mucho menos como una agrupación electoral, idea que sí pareció gustarle a Koldo Martínez, quizá como "ultima ratio regum".

    A mí la idea de UNAI como paraguas de las personas no afiliadas no me parece apropiado, porque excluiría a quienes no se consideren de izquierdas y quizá a quienes se consideren abertzales. De alguna manera, supondría cargarse esa transversalidad que deben materializar precisamente los no afiliados.

    Pero en fin, no dejan de ser apreciaciones personales muy subjeticas. En todo caso, creo que en el grupo de no afiliados hay un sesgo de selección que lo hace poco representativo; lo mismo que el desencanto que tan abruptamente expresan algunas personas puede deberse aque, después de vivir estos procesos con gran intensidad, las expectativas que cada uno hubiera podido formarse quizá no se hayan visto enteramente satisfechas.

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