miércoles, 3 de junio de 2009

El sueño de la sinrazón produce monstruos: la Iglesia católica y sus problemas con el sexo

Estos días se ha hablado mucho de las declaraciones de Cañizares que, recordemos, ya no es simplemente un ordinario diocesano, sino miembro de la estructura de gobierno de la Iglesia católica, una especie de ministro de la única dictadura (subtipo monarquía absoluta y teocrática) que subsiste en Europa. Cañizares comparaba el ejercicio del derecho al aborto por parte de muchas mujeres (allí donde pueden ejercerlo, que no es el caso de Navarra) con la bárbara conculcación de derechos de menores por parte del clero católico irlandés, en una macabra versión del tradicional «y tú más» con que se suele pretender tapar las vergüenzas propias, ante la evidencia palmaria de que la Iglesia lleva siglos regando de víctimas los campos en los que ha ido sentando sus reales.

lunes, 1 de junio de 2009

El azul es tu color

Los sondeos electorales publicados estos días coinciden —además de en el, seguramente interesado, enfoque polarizador PSOE-PP— en apuntar dos datos nada inesperados en la actual coyuntura política y social. En primer lugar, una elevada abstención, fruto de la distancia con que se contempla la Unión Europea, todavía adoleciente de un déficit democrático que la convierte en presa fácil de los tejemanejes de los gobiernos y la aleja de la opinión pública. En segundo lugar, los sondeos pronostican una victoria del PP. En este caso lo que sorprende es el margen tan escaso de ventaja. Este es el panorama general y es lo que los partidos del fáctico frente nacional (español, por supuesto) están interesados en transmitir, intentando generalizar la impresión de que todo se ventila a dos. Sea cual sea el resultado (esta semana ambos intentarán movilizar un voto negativo y resignado, azuzando el miedo a que gane el otro), es un ejemplo más de la versión posmoderna del canovismo que poco a poco van implantando: turnarse en el poder en Madrid y compartirlo en las comunidades autónomas, especialmente allí donde una parte significativa de la opinión pública puede llegar a pensar —cuánta maldad— que estarían mejor con otro marco jurídico y vital.